viernes, 11 de marzo de 2016

Leña al fuego

El pasado fin de semana tuve la oportunidad de asistir a un curso de construcción de estufas rocket, traducido al castellano estufas cohete; y es que el nombre le viene como anillo al dedo, porque cuando ves cómo sale la llama te viene a la cabeza la imagen de un cohete despegando hacia el cielo. Muy a grosso modo, es una estufa de obra que consta de dos cámaras de combustión construidas con ladrillos refractarios; en la primera se produce la combustión de la leña a muy alta temperatura y en la segunda (la vertical) la combustión de los gases, que antes de salir al exterior circulan por un circuito calentando una masa que lentamente desprende esa energía calorífica al interior del espacio. Una de las peculiaridades de estas estufas es el bidón que cubre la segunda cámara de combustión, que además de calentarse conduce el calor hacia la masa de inercia, conocida como banco caliente. No dio tiempo a rematarla pero sí a probarla, y el resultado fue sobresaliente.

 


La estufa rocket es un modelo que se incluye en el grupo de estufas de inercia térmica cuyo principio es aprovechar al máximo la energía del fuego acumulando el calor generado dentro de la masa que la compone. Hoy en día hay muchos diseños y estilos que firmaría el propio Gaudí, se puede incorporar un horno, o un sistema para calentar el agua, dándole más funcionalidad. El banco caliente es una pasada!!!


En los paises del norte de Europa como Alemania, Austria, Suecia, Finlandia o Rusia, donde los inviernos son largos y crudos, hace siglos que utilizan las estufas de inercia térmica para calentar las viviendas. El combustible que se usa es la leña, un material que bien gestionado es sostenible e inagotable, sin apenas ningún proceso de transformación y siendo además un producto local. En estos paises, la construcción de las viviendas se hace bajo el estandar Passivhaus, en castellano casa pasiva, y que básicamente consiste en aprovechar la energía del sol para calentar la casa durante el día abriendo en los muros, por ejemplo, grandes ventanales al sur, e incorporando a la construcción un muy buen aislamiento térmico a muros y cubierta, además de eliminar puentes térmicos e infiltraciones de aire frío. Y las casas de paja cumplen con el estandar Passivhaus sobradamente. De esta manera limitan el uso de la estufa a los días más fríos del invierno. 

¿Y qué diferencia hay entre una estufa de inercia térmica y una convencional? El rendimiento. En las estufas de inercia térmica, la temperatura pasa de 850 ºC en la cámara de combustión a 150 ºC al final del circuito, mientras que en las estufas convencionales la temperatura de combustión es mucho menor y la temperatura del humo que escapa por la chimenea es de 300 ºC. Esto se traduce en un menor consumo de leña y un mayor aprovechamiento de la energía liberada en la combustión utilizando una estufa de inercia térmica.

El rendimiento de las estufas se mide en porcentaje, es decir, que si una estufa nos da un rendimiento del 50% significa que de cada 100 kilos de leña que quemamos, sólo el calor de 50 kilos de leña queda dentro de la casa, el resto se pierde por la chimemea. Dentro de las estufas convencionales la más ineficiente es el hogar abierto (chimenea abierta o francesa). Dice John Seymour, el padre de la autosuficiencia, que estas chimeneas reconfortan el corazón, enfrían la espalda y calientan el cielo. Y no se equivoca, porque aunque sean muy románticas, su redimiento está en torno al 10-15 %, es decir, que si quemamos 100 kilos de leña, sólo el calor generado de 10 o 15 kilos queda dentro de la casa, el resto se va por la chimenea. Las estufas de hierro alcanzan rendimientos del 20 % (algunas alcanzan el 40 %), y las cocinas económicas el 30 %. 

Sin embargo, el rendimiento de las estufas de inercia térmica alcanzan porcentajes del 90-95 % gracias al ladrillo refractario con el que están construidas, que tiene gran capacidad de absorver calor y liberarlo lentamente, y a la alta temperatura de combustión y el largo recorrido de los gases dentro de la estufa antes de salir por la chimenea al exterior. Con dos cargas de leña al día es suficiente para calentar una vivienda.

Me encanta mirar el fuego de la estufa, me vienen recuerdos de infancia en casa de mis abuelos cuando encendían la trébede. Es relajante y purificador ver cómo se consumen los troncos y sube la llama. 

Leña al fuego sí, pero poca.



1 comentario:

  1. Hola Humberto, vaya blog mas chulo!
    Un par de aclaraciones, el passivhaus es un estándar de construcción desarrollado en Alemania y no es exactamente una casa pasiva, una casa pasiva es una casa que no tiene sistemas activos para su calentamiento o su enfriamiento, en las passivhaus aunque la demanda de energía es muy baja habitualmente llevan sistemas activos de calefacción, dependiendo de cuántos metros cuadrados tenga la casa podría valer con un secador de pelo...
    Me ha gustado mucho la idea de la rocket, y sin duda es técnicamente mejor que las convencionales a las que estamos acostumbrados, pero en una passivhaus no tendría ningún sentido puesto que daría demasiado calor y tendríamos que abrir las ventanas para refrigerar porque pasaríamos rápidamente de los 24º, límite del confort en una vivienda.
    Desde sietequince pensamos que es mejor planificar para consumir poco, pues se suele decir que la mejor energía es la que no se consume, son razón pues es la mas sostenible y la que mejor le viene al bolsillo también!

    Un saludo y encatados de coincidir contigo por los mundo digitales.
    Diego
    sietequince

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