Llegó el momento de recoger la paja que formará el cerramiento de mi casuca. Este año la cosecha del cereal se ha retrasado bastante y las máquinas cosechadoras han tardado en aparecer por las tierras. Un espectáculo que en este territorio se acentúa por el contraste entre el paisaje montañoso, con cumbres que superan los 2.500 metros de altitud, y las tierras de cultivo del cereal. Así es la montaña palentina... enamora.
A través de un amigo, contacté con un agricultor cercano que podía hacer pacas pequeñas (en otros lugares las llaman alpacas, balas o fardos). Hoy en día cuesta bastante encontrar a alguien que recoja la paja en este formato de pacas de 45 x 35 x 90 cm., que es el que se necesita para este tipo de construcción. Quizás este hecho pueda suponer un contratiempo a corto plazo para la construcción con paja.
El pueblo donde encontré la paja se llama Canduela. Destaca por su arquitectura civil, donde se pueden ver excelentes casas blasonadas y torres nobles como "la Torrona". A unos 2 km. del pueblo, en el término de Valdelobera, se encuentra una necrópolis de tumbas antropomorfas excavadas en la roca y una ermita (ya desaparecida) correspondiente con las aldeas de repoblación rural al sur de la Cordillera Cantábrica, surgidas entre los siglos X y XI.
Este precioso pueblo se encuentra aguas abajo del mismo río que baña el Valle de Valdeolea, el río Camesa. Su mayor característica es la presencia en sus aguas de nenúfares, uno de los pocos ríos donde se pueden ver, y que en primavera se convierte en un espectáculo para los sentidos.
Una vez más, he contado con la ayuda de mi amigo David, Quique, y por suspuesto mi padre, que está apasionado con el proyecto. Sin ellos hubiera sido muy duro recoger las 500 pacas, parte de ellas para la casa y otras para los animales y diferentes usos en la huerta. Mis tíos de Barruelo de Santullán, tercera generación de carniceros en la familia (ver web), me dajaron el camión del ganado para transportar las pacas, en total 6 viajes. Ya está todo preparado para levantar el cerramiento de paja.
A través de un amigo, contacté con un agricultor cercano que podía hacer pacas pequeñas (en otros lugares las llaman alpacas, balas o fardos). Hoy en día cuesta bastante encontrar a alguien que recoja la paja en este formato de pacas de 45 x 35 x 90 cm., que es el que se necesita para este tipo de construcción. Quizás este hecho pueda suponer un contratiempo a corto plazo para la construcción con paja.
El pueblo donde encontré la paja se llama Canduela. Destaca por su arquitectura civil, donde se pueden ver excelentes casas blasonadas y torres nobles como "la Torrona". A unos 2 km. del pueblo, en el término de Valdelobera, se encuentra una necrópolis de tumbas antropomorfas excavadas en la roca y una ermita (ya desaparecida) correspondiente con las aldeas de repoblación rural al sur de la Cordillera Cantábrica, surgidas entre los siglos X y XI.
Este precioso pueblo se encuentra aguas abajo del mismo río que baña el Valle de Valdeolea, el río Camesa. Su mayor característica es la presencia en sus aguas de nenúfares, uno de los pocos ríos donde se pueden ver, y que en primavera se convierte en un espectáculo para los sentidos.
Una vez más, he contado con la ayuda de mi amigo David, Quique, y por suspuesto mi padre, que está apasionado con el proyecto. Sin ellos hubiera sido muy duro recoger las 500 pacas, parte de ellas para la casa y otras para los animales y diferentes usos en la huerta. Mis tíos de Barruelo de Santullán, tercera generación de carniceros en la familia (ver web), me dajaron el camión del ganado para transportar las pacas, en total 6 viajes. Ya está todo preparado para levantar el cerramiento de paja.
