lunes, 8 de febrero de 2016

¿Por qué una casa de paja?

Desde que en el año 2008 se desencadenara la actual crisis económica, mucho se ha hablado desde diferentes pensamientos económicos sobre cómo resolverla y regresar de nuevo a la dinámica de crecimiento económico generador de "riqueza y bienestar para tod@s". Pero todas han obviado una realidad física: los recursos del planeta son limitados y eso es sencillamente incompatible con el crecimiento ilimitado necesario para que el sistema económico vigente funcione. Sin entrar en reflexiones más profundas, parece evidente que un planeta limitado no puede suministrar indefinidamente los recursos que el actual sistema económico, basado en la máxima producción, el consumo, el máximo beneficio y la explotación ilimitada de recursos, requiere para su "buena marcha". Es absolutamente insostenible. Por muchas innovaciones y eficiencia tecnológica que el futuro nos depare, deberemos asumir la finitud de los recursos de nuestro planeta, y obligatoriamente adaptar los métodos de producción y hábitos de consumo a esta realidad.




 
En este contexto surge el concepto de desarrollo sostenible, que se define como aquel desarrollo que asegura las necesidades del presente  sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para enfrentarse a sus propias necesidades. Los tres pilares del desarrollo sostenible son la eficiencia económica, la equidad social y la protección medioambiental.





 
En relación a los ritmos de los recursos naturales existen tres reglas:
  1. Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.
  2. Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente.
  3. Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible. 
¿Q se entiende por sostenibilidad en la construcción de una vivienda?

La vivienda es una necesidad para las personas que aporta recogimiento, seguridad y calidez. La bioconstrucción no solo considera la protección del medio ambiente, sino que además ofrece bienestar y salud al interior de los espacios. La construcción de casas de paja es, probablemente, la mejor alternativa de bioconstrucción, ya que cumple con los tres pilares del desarrollo sostenible mencionados anteriormente, y que a continuación desarrollamos:

SOSTENIBILIDAD ECONOMICA

La construcción de una vivienda convencional supone un esfuerzo económico muy alto, y muchas personas se ven obligadas a endeudarse durante décadas para poder pagarla. Las casas de paja suponen un ahorro inmediato a corto plazo, ya que los materiales son más económicos que los utilizados en la construcción convencional, sin que por ello se pierda calidad; al contrario, se gana. La propiedad aislante de la paja hace que a largo plazo también se reduzca el costo de la energía necesaria para calentar en invierno o refrigerar en verano.

SOSTENIBILIDAD SOCIAL

En un contexto social de desigualdad creciente como el que vivimos, puede permitir el acceso a una vivienda digna a personas que tal vez no podrían tenerla con otros sistemas constructivos. Con una formación adecuada, esta técnica permite la autoconstrucción. Lo más habitual es que una empresa especializada levante la cimentación y la estructura de madera, y posteriormente, un grupo de amig@s se sumen al proyecto para levantar los muros de pacas de paja. Durante este proceso, los voluntari@s aprenden la técnica, se ven capaces de construir su propia casa. Además se estimulan valores como la cooperación, la solidaridad, el trabajo en equipo o la creatividad del "hágalo usted mismo".

SOSTENIBILIDAD MEDIOAMBIENTAL

La paja es un material natural y renovable, que no necesita ningún tratamiento para su utilización en la construcción. Es un residuo de la agricultura que cada año se genera cuando se cosecha el cereal. Además es un producto local "kilómetro cero".
La paja también es un buen aislante acústico y permite la traspirabilidad de los muros, creando con ello ambientes interiores confortables.
También hay que tener en cuenta el "final de la vida" de la construcción, que debe ser lo más biodegradable o reciclable posible, y las casas de paja lo son, ya que sus materiales se pueden volver a utilizar o bien se pueden convertir en compost.

Creo firmemente que para cambiar la situación actual es necesario un compromiso mío, tuyo, de nuestr@ vecin@........ de tod@s. Tenemos el derecho y el deber de construir el mundo en el que queremos vivir, pensando en global y actuando en local.

Feliz bioconstrucción!!






 

miércoles, 3 de febrero de 2016

¿Quién teme al lobo feroz?

Cuando oímos a alguien decir que se va a construir una casa de paja, seguro que lo primero que se nos viene a la cabeza es el cuento de los tres cerditos, verdad?, y exclamamos ¡¡pero estás loc@, cómo te vas a hacer una casa de paja, no has leído el cuento de los tres cerditos?!! jajaja. Aquí os dejo un enlace para que lo podáis recordar.


 


Pero cuánto daño ha hecho este cuento a la bioconstrucción, y particularmente a la construcción con pacas de paja!! La mayoría de cuentos infantiles que Walt Disney adaptó a los dibujos animados, intentaban inculcar en los niños ciertos valores ideológicos, en este caso la idea de que para ser gente respetable y de éxito había que tener una casa (o un piso) construida de ladrillo y cemento, propia de los promotores inmobiliarios y grandes constructoras. Y la verdad es que cumplió su objetivo. Sin embargo, en el siglo XXI el cuento ha cambiado. Existe una versión revisada adaptada a los nuevos tiempos que supera los prejuicios establecidos, y que dice algo así:

"Eran tres cerditos que vivían en una granja donde les engordaban para llevarlos enseguida, todavía lechales, a un mesón de Segovia. Naturalmente, en cuanto pudieron se escaparon y construyeron sus casas para vivir. Uno, siguiendo la publicidad que inundaba la prensa y atendiendo a lo que le decía el gobierno de la granja, y cumpliendo escrupulosamente la legislación, la hizo en ladrillo. Creía que era una buena inversión, que le daría seguridad para el futuro. Era muy listo (o se lo creía) e hizo, en consecuencia, una casa inteligente. Le llevó muchísimo tiempo y dinero, y le acabó amargando el carácter.

Un segundo hermano prefirió comprarse una casa prefabricada de madera. Sueca, por supuesto. No quería complicarse la vida con las exigencias de una construcción en suelo no urbanizable, de difícil legalización, pero siempre podía evitarse problemas con una construcción “provisional”. El problema fue que resultó carísima. El tercer cerdito era un poco más desastre que los anteriores. Era a la vez cerdito y oveja. Negra, para ser más exactos. La oveja negra de la familia. Se construyó su casa con paja: una inversión mínima en dinero y en esfuerzo.

Bien. Como sabemos, pronto llegó el lobo. Trabajaba para un banco. Llamó a la puerta del hermano mayor y le reclamó la hipoteca. Le acabó echando de su preciosa casa de ladrillo. Tuvo que irse a buscar refugio en la casa del hermano del medio. Pero tuvieron problemas: la casa no era tan fácil de adaptar como pensaban, los gastos eran importantes y finalmente su condición provisional se hizo valer. Tuvieron que irse ambos, un tanto cortados y deprimidos, a la casa de paja del pequeño. Una vez allí, el lobo intentó cobrarles a los tres algo… pero no había nada que cobrar. Por mucho que sopló y sopló… no hubo manera de que cayesen en sus redes. Los reducidos ingresos que tenían los dedicaban a vivir, y no a pagar la vivienda. En su casa de paja los tres cerditos fueron felices."

Espero que os haya gustado la versión revisada de este cuento. En la próxima entrada ya nos metemos en harina...¿por qué una casa de paja?